Óscar Camacho, empresario de Cúcuta, reconocido por celebrar múltiples contratos, de grandes sumas de dinero con el Estado. Muchos se preguntan: ¿de dónde salió su fortuna?
El empresario inició como inversionista en el mundo de las contrataciones de obras civiles en el Norte de Santander, pero en realidad, esa es la segunda actividad económica que él tiene. Las ganancias de su carrera como piloto aeronáutico fueron la base para poder estar en un nuevo negocio.
Después de 14 años de carrera regresa a Colombia para controlar y aprender más del entorno donde obtiene grandes ganancias, pero al mismo tiempo, para iniciar un nuevo proyecto. Planes for pilots es su escuela aeronáutica, el emprendimiento que está diseñado para llevar los sueños al cielo y mostrar el mundo de una forma diferente.
En esta oportunidad, se enfocará a la enseñanza. Luego de pasar muchos años viajando por diferentes países para estar en las competencias y eventos a los que se inscribía y lo llamaban, decidió estar un tiempo en tierra y apoyar a los que sueñan con volar como lo hacía él en su niñez.
Las aeronaves serán las principales protagonistas de su escuela, pero otro de sus enfoques tiene que ver con estar a la vanguardia de los avances tecnológicos, todo eso, para ampliar los frentes de negocio que tendrá Planes for pilots. El vuelo de drones será la innovación que tendrá su escuela, su objetivo está en mostrar el mundo de una forma diferente.
Al preguntarle ‘¿Cuál es el objetivo de formación para cada frente?’, nos dijo:
“Para el primero, es la formación de un piloto que tenga la capacidad de controlar aeronaves pequeñas, grandes y medianas, sin importar si será para un vuelo común o para realizar piruetas, obviamente tendrán una formación sobre conceptos, técnicas y planes de vuelo antes de entrar a la pista y controlar una aeronave.
Para el segundo, queremos instruirnos e instruir a muchos sobre esta nueva herramienta que nos permite mostrar la extensión y riquezas del mundo a quienes aún no han podido conocerlas. En realidad, este frente está más enfocado a los creadores de contenido que comparten en sus historias sin importar el lugar, pero todos tienen que entrar con la siguiente base: crear y construir una historia para contarla de la manera en la que te gustaría leerla.”
Un proyecto como estos no solo se puede mantener las ganancias de las obras civiles, aunque sean muchas, debe tener socios para tener el espacio e implementos necesarios que cumplan con el objetivo. Pero a él no le interesaba mucho, prefería llevarlo por su propia cuenta, ‘este negocio está creado para quienes tenemos la misma pasión en este mundo’. Tenía claro si aceptaba un inversionista era para apostar por la su visión, no para frenar sus ideas por cuidar su dinero, si alguien quería entrar debía confiar en el proyecto a ojo cerrado.
Descripciones como esas cierran el panorama en la búsqueda de inversiones, para algunos su dinero debe rentar muy bien para que su inyección de capital se recupere en el menor tiempo posible para iniciar a ver ganancias. Esta es una de las formas en que los inversores analizan el proyecto, con eso, deciden si aportan más dinero para obtener una mayor participación o, por el contrario, se retiran del negocio antes de obtener pérdidas que representen grandes sumas de dinero.
Para su suerte, su mejor amigo de la infancia, Nicolás Petro, se convirtió en su mejor socio, aquel con el que todos sueñan. Para los que no conocen la historia, Óscar y Nicolás vivían en la misma calle en la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander.
Los niños que salían al parque a jugar las escondidas, congelados bajo tierra, policías y ladrones, golosa y a montar en bicicleta comparten la misma pasión por las aeronaves, su plan favorita era están en el parque, acostarse en el pasto mirando el cielo y ver pasar todos los aviones que pudieran, había días que no eran tan fáciles para ellos, pues como todos niños, tenían una hora límite para regresar a sus casas.
Múltiples razones los llevaron a separarse, uno de ellos dejó de vivir en la ciudad, algunos pensarán que para esa época iba a ser difícil mantener esa amistad, las redes sociales no eran tan fuertes y menos conocidas para ese entonces, además, cada uno de ellos tomó caminos diferentes para su vida profesional. Uno siguió sus sueños e hizo todo lo posible para cumplirlos, se formó y se convirtió como piloto profesional. El otro tomó el camino de la vida ejecutiva.
Los intercambios de ciudad y los caminos profesionales que cada uno de ellos eligió no evitó que se separaran, por el contrario, buscaron los métodos necesarios para continuar siendo amigos. La mejor excusa que podían tener para verse eran las competencias y shows en los que Óscar participaba, además, era la excusa perfecta para tomar vacaciones en diferentes lugares del mundo.
Uno de ellos vivía el sueño, el otro lo disfrutaba como espectador y, aun así, seguían compartiendo la misma pasión. Cada reunión hablaban de sus recuerdos en el parque, de las formas que encontraron para no perder contacto cuando se separaron, pero de la que más hablaban en forma de diversión, era de crear una empresa entre ellos dos, lo que no sabían en esos momentos, era que todo se convertiría en una realidad.
En estos momentos, Óscar Camacho y Nicolás Petro se encuentran elaborando todos los documentos necesarios que exige el Estado para poder iniciar su emprendimiento como debe de ser, además, necesitan demostrar la legitimidad de la academia para poder demostrar que no tiene vínculos con actividades ilícitas.
Soy Óscar Camacho, piloto profesional colombiano. He ganado 39 trofeos en diferentes competencias en 14 años de experiencia. Actualmente ejerzo como instructor de vuelo en mi academia ‘Planes for pilots’ abierta en el abril del 2022.
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